Cinco partidos para reconstruirse. Para juntarse todos y volver a ser un equipo solidario y unido. Queda mucho por hacer, pero hay más de un mes para recuperar a los jugadores e incluso para experimentar un poco, cosa que no se ha hecho hasta ahora por miedo a perder lo conseguido. Ayer al cesped de Butarque saltó un único equipo, enfrente tuvo a once jugadores con los nervios a flor de piel y que lejos de asumir sus errores ponían hincapié en el del compañero. Tenemos una plantilla larguísima y bastante completa, pero no hemos sabido ser un equipo. Asimismo, puede que se hayan obviado piezas que nos podían haber sido de gran ayuda. Lo cierto, es que tras este tercer desmayo deberemos volver al purgatorio a enmendar errores. Todos hemos fallado, no sólo jugadores y técnico, por lo que tenemos lo que nos merecemos. De poco sirve ya mirar atrás, es momento de reflexionar sobre las culpas propias y perdonar las ajenas, para así volver a ser la UNIÓN Deportiva.
Tras el descanso Herrera se encomendó a la Cofradía del Naife. Después de una primera parte insípida que seguramente noqueó a más de uno, el técnico catalán decidió colocar una defensa de tres con carrileros. La idea era buena: si no sabes qué hacer con el balón y no hay forma de sacarlo por el centro, aprovecha los puñales que tienes en banda para darle salida al esférico. Hasta aquí todo bien, pero a pesar de jugar con tres centrales se siguieron repitiendo los despistes defensivos, materializándose en el primer gol del partido, en el que primero Aythami falla al no despejar y después David García dejó libre de marca a Prendes para que rematara a placer.
Sin gol no hay reacción. Tras el clamoroso fallo en cadena, la respuesta fue inmediata, no sólo por el tanto de Simón (el pobre le va a coger tirria a marcar), sino porque durante un cuarto de hora se volvió a ver a la Unión Deportiva que todos deseamos. El partido se enloqueció, y gracias a que se abrió tanto pudimos disfrutar de los mejores minutos de la escuadra amarilla, pero otro desparrame defensivo propició el gol de Chuli a la hora de encuentro, acabando con las esperanzas amarillas de eludir el play off. La zaga volvía a escenificar que naufraga en un océano de dudas, pues al segundo tanto de los madrileños sólo le faltaba la canción de Benny Hill de fondo.
Laterales largos buscan nueve puro. Como expresé anteriormente, la propuesta de los carrileros me pareció apropiada, pero también incompleta. Potenciar la banda con los naifes era lo que pedía el partido, pero si decides que el juego sea vertiginoso y basarlo en centres o jugadas por banda porque no estás sabiendo elaborar fútbol, lo que pide el manual es tener un delantero de área que remate bien de cabeza y aproveche así las acometidas laterales estando en el sitio y fijando a los centrales. Por eso sorprendió tanto que Ortuño no fuera uno de los cambios, por eso y porque Araújo volvió a demostrar lo que todos sabemos, que se siente más cómodo jugando con una referencia alante. El chino es muy laborioso, pero no tiene el físico del yeclano, y por tanto pierde las batallas que éste gana. El otro día le preguntaron en la radio al Flaco cómo es jugar con Ortuño y Araújo. Su siempre lógica respuesta fue que son jugadores distintos porque uno es delantero y otro es mediapunta ¿Tendría su técnico la emisora sintonizada?
A otra cosa mariposa. Hay que saber reconocer los errores, pero tampoco sirve autoflagelarse, lo hecho hecho está. Hay que olvidarse cuanto antes de Butarque, pero no de Barcelona, hay que saber por qué llevamos más de cuatro meses sin ganar fuera de casa y asegurarse el mejor puesto posible para afrontar la carrera de los play off con mayores garantías. No obstante, estos partidos también deben servir para dar oportunidades a jugadores menos utilizados que podrían estar más frescos mental y físicamente. Tenemos una buena y extensa plantilla, esto último porque su entrenador decidió no dar salida a jugadores sabiendo que el camino sería duro y todos podían aportar. Es hora de demostralo.
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