El ajedrecista Quique Setién sufrió este sábado su jaque mate más duro desde que es entrenador de primera y, por ende, de la Unión Deportiva. Tras enfrentarse a cuatro rivales de enjundia y zona noble le tocaba afrontar su primer choque frente a un contrario de los denominados "de nuestra liga" y el resultado no pudo ser más negativo. No varió de idea de juego, la cuál ya ha tachado de innegociable, pero sí que existió un cambio de actitud ... y de aptitud en los jugadores si tomamos como referencia a la Unión Deportiva que deslumbrara el pasado sábado a la prensa nacional en Mestalla.
Y buena culpa de ese cambio de imagen la tuvo Víctor Sánchez del Amo que, a buen seguro, visualizó más de una vez el partido frente al Valencia para encontrar la clave que le permitiera desconectar el juego de toque amarillo. Con dos líneas de cuatro muy bien plantadas y sin fisuras, dejó dos flechas en ataque para lanzar las contras y aprovechar la lentitud extrema de algunos jugadores amarillos - leáse Aythami o Vicente -. De este modo, ni la Unión Deportiva encontró huecos en ataque - una vez más - para batir a Lux ni tampoco supo contener las envestidas gallegas, las cuales no se convirtieron en un resultado de escándalo gracias a la portentosa actuación de un Javi Varas que sigue demostrando que esta es la categoría de la que nunca debió salir.
Le espera una semana larga al bueno de Setién, que probará de primera mano como se las gasta la afición amarilla, siempre escasa de paciencia, cuando los resultados no acompañan. Seguramente se tendrá que replantear las declaraciones aquellas en las que afirmaba que posiblemente no necesitaría refuerzos en el periodo invernal, ya que el sistema que él propone requiere de unos perfiles de jugadores que ahora mismo la Unión Deportiva no posee en algunos puestos.
No le vino mal a los amarillos el empate andaluz entre Málaga y Granada ni la derrota del Sporting en Vigo, ya que deja a todos estos equipos a tiro de victoria para los isleños que, precisamente, visitarán el Molinón la próxima jornada en un duelo que adquiere ya tintes de final. Por la parte alta, el Barça vuelve a golear y a demostrar que su tridente sigue en un momento de forma espectacular. Esta vez los dos equipos madrileños no fallaron y continúan en la persecución de los azulgranas, que siguen manteniéndose a cuatro y seis puntos respectivamente. Sin embargo, los colchoneros sufrieron la triste noticia de la lesión de Thiago, que lo tendrá apartado de los terrenos de juego como mínimo, hasta marzo. El Sevilla, por su parte, derrotó por la mínima a un triste Valencia en el duelo de equipos decepcionantes del año.
Y si el primer equipo hizo aguas, no quiso ser menos el filial, al que la tercera división se le está complicando hasta límites insospechados. Tenía la oportunidad de asaltar la segunda plaza si hubiera vencido en el campo de la U.D. San Fernando, pero los sureños, que habían sacado tres puntos de los últimos doce posibles, consiguieron la victoria por la mínima y enviaron a la vela chica al quinto puesto de la tabla que la aleja temporalmente del play-off de ascenso a Segunda B. Quizás debería Mingo Oramas observar a algún jugador del Juvenil División de Honor, que sigue comandando con mano de hierro su categoría tras endosar dos "manitas" en menos de una semana a rivales que ya parecen de una o dos divisiones menos. Y no acabo sin mencionar la presencia en el once inicial del Huesca de Tyronne y Jesús Valentín, además de la aparición en el segundo tiempo de Héctor Figueroa. La aparición de tanto jugador canario no pudo evitar la derrota de los oscenses por 2-0 frente a un rival directo por la permanencia como la Llagostera.
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