La UD regresará de Barcelona con los tres puntos de una importante victoria en su zurrón, pero le han podido salir caros. Por el camino se ha dejado credibilidad en la primera parte, generando muchas dudas y desasosiego. Costos que se ampliaron en el segundo tramo del partido con la lesión de David García, y las expulsiones de Aythami y Apoño. El conjunto de Lobera ha ganado un partido con un fútbol pobre, buscando sólo la portería contraria con convicción cuando se vio contra las cuerdas, una vez estuvo con el viento a favor, volvió a replegar velas y a especular.
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Tras el gol las carencias en el juego y la falta de actitud de los amarillos se hicieron más visibles. Apática, con un fútbol plano, previsible, sin chispa, sin ambición, falto de hambre y de intensidad, Las Palmas se vio a merced de su rival. Imberbe contrario al que su inocencia salvó en más de un ocasión al equipo amarillo, y cuando no, estaba ahí su arquero Mariano Barbosa, eterno el argentino, siempre presente para mantener a su equipo en los peores momentos. No obstante, no reaccionaba la UD ante un Barça que se gustaba demasiado en su fútbol control pero sin llegadas al área amarilla con claro peligro. Chrisantus y Nauzet en diferentes ocasiones intentaron reconducir la situación pero sus remates salieron demasiado desviados del arco de Masip.
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La igualada de Nauzet Alemán sumió al Barça B en un estado de schock, a un equipo que hasta entonces se mostraba con el balón como un equipo sólido. Aunque la presencia de Masoud mejoró las prestaciones amarillas, el juego no mejoró en demasía. El gran cambio, el más notable, y el que más se reclamaba fue la actitud. El equipo de Lobera logró borrar la imagen apática, sin ambición, en ocasiones triste y patética que habían ofrecido en la primera parte. Ejemplo de ello fue la consecución del segundo gol amarillo que a la postre supuso el de la victoria. Una arrancada de fe, de garra, "a puro huevo" como dirían en Argentina, de Vicente Gómez que busca una pelota imposible entre Masip y su defensa, y logra cazar, robar casi, un gol de la nada en una estirada eterna al éxtasis. Así es el fútbol, el equipo grancanario remontaba el encuentro en escasos seis minutos tras estar casi 55 a merced de sus rivales.
El gol de Vicente Gomez, a puro huevo. ©Marca.com |
En la recta final del encuentro se le acumularon las problemas al equipo de Lobera. Primero con la lesión, aparentemente de los isquiotibiales, del capitán David García que le obligó a retirarse, aunque ya era baja para el siguiente partido por acumulación de tarjetas. En sustitución del central sureño entró Deivid que partía del banquillo por las rotaciones en el eje de la defensa. Pero fueron las expulsiones, casi consecutivas, de Aythami Artiles y Apoño los que provocaron una situación de bochorno por las reacciones de éste último. En el caso del central de Arguinegüín, derribar a Sanabria era prácticamente el único recurso para evitar la cabalgada al gol y al empate del delantero culé. Era por tanto un mal necesario, pero en el caso del malagueño se vivió un esperpento con su reacción alocada e injustificable en el minuto 93.
En el horizonte cercano se atisban partidos de alta exigencia, Zaragoza y Tenerife, y se le acumulan los problemas a Sergio Lobera ante el número e importancia de las bajas. El debate del juego continúa, se vivirá otro episodio más de la "apoñodependencia" ante un rival de tronío como el Zaragoza, se jugará a las adivinanzas con las alternativas en la zaga ante los maños. Y al fondo espera un Heliodoro Rodriguez López que afila los cuchillos. Nos esperan diez días plenos de emoción.
A continuación les dejamos el vídeo con el resumen del partido y una galería fotográfica.
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