Se acerca la hora de la verdad cuando se acaba, a priori, el tramo más duro del calendario. Con la espléndida victoria obtenida la semana pasada en Almería, la UD Las Palmas ha mejorado ostensiblemente su cosecha de puntos en el mismo complicado tramo de la primera vuelta. Esta semana nos devuelve la visita un R.M. Castilla que necesitó muy poco en el Alfredo Di Stefano para llevarse los tres puntos en liza ante una UD mermada en su alineación y anímicamente.
Ha pasado toda una vuelta y la situación ha cambiado por completo. Al filial madridista lo único que le sigue acompañando es la fabulosa cobertura mediática que le ofrece Marca TV, porque ha demostrado ser un equipo errático en la tabla clasificatoria, capaz de lo mejor y de lo peor, que ahora lo mantiene a una corta y peligrosa distancia de los puestos de descenso. Con el grancanario Jesé a la cabeza el Castilla presenta un tremendo potencial defensivo como una tremebunda estadística defensiva. Es una de las escuadras más goleadoras y la segunda más goleada (detrás de su homónimo azulgrana que presume de unas estadísticas similares). La conocida como La Fábrica, con Alberto Toril al frente, ha estado demasiado en el punto de mira mediático esta temporada. Y eso gracias a las injerencias continuas de Mourinho, cuestionando la labor del técnico cordobés en todo momento, como la presencia de Nacho o Morata en el primer equipo, o por contra, las no convocatorias de la estrella Jesé con el primer equipo, junto con la agradable irrupción de José Rguez. Eso junto con la continua presencia en las primeras planas de Marca (en sus distintos formatos) ha dado demasiado bombo un equipo con mucho potencial aunque aún muy por pulir. Un grupo de jugadores en formación al que se le está exigiendo quizás demasiado, por esa eterna comparativa en el puente aéreo que en sentido figurado (y literal) une Barcelona y Madrid.
Este filial merengue, a pesar de la cobertura mediática, seguramente no sea la mejor camada que ha dado La Fábrica. Si recordamos la última visita de los merengues al Estadio Gran Canaria aparecen los siguientes nombres y apellidos: Adán, Codina, Callejón, Negredo, Parejo, De la Red, Miguel Torres, Granero, Javi García , Borja Valero y un tal Mata entre otros. Ni punto de comparación. No queremos obviamente menospreciar a la actual plantilla, tan sólo ser objetivos y dar constancia que, a pesar del revuelo mediático que los acompaña, son sólo un grupo de imberbes jugadores con tanto potencial como carencias.
Históricamente, el Real Madrid Castilla (en sus diferentes denominaciones) ha sido un rival apetecible para el conjunto amarillo. Con más del 70% de partidos vencidos, tan sólo cuenta en su haber tres derrotas en 25 encuentro disputados hasta ahora. Históricamente los partidos entre ambos han dejado para el recuerdo buenos marcadores con un buen promedio de goles.
La UD Las Palmas llega a este encuentro reforzada en todos los aspectos. Se recuperan jugadores que regresan de una sanción federativa, como Tato, o casi como Vitolo (se le quitó la injusta segunda amarilla que recibió en Almería que le supuso la expulsión). Es por tanto, un hecho que a excepción del capitán David García y del arquero Barbosa (por sanción federativa) el preparador amarillo dispondrá de casi al completo de la alineación de gala para afrontar un partido que debe ser la confirmación del nuevo punto de inflexión positivo de la UD. Un once que, como en la vieja escuela, se conoce de carrerilla hasta el más pequeño de los aficionados amarillos. Comenzando por Barbosa a puerta, una línea defensiva con Pignol, Deivid, Murillo y D. Castellano. Una media con Hernán en labores defensivas, Nauzet Alemán como cerebro, organizador y líder en la media, flanqueado por izquierda por Vitolo y Momo por la derecha. En el frente de ataque la velocidad de Thievy junto con el trabajo y desgaste en la zaga contraria de Chrisantus.
Ésta ha sido una temporada complicada a pesar de lo ideal de la posición que ocupa la UD en la tabla clasificatoria. Y seguirá siéndolo a buen seguro. Por un lado el alto nivel de exigencia autoimpuesto por el club y la propia afición: el ascenso. No vale otra cosa que lograrlo, cualquier otro resultado se consideraría un fracaso, aunque, si fuera analizado concienzudamente, posiblemente no lo fuera. Con un inicio titubeante donde se llegó a caer a puestos de descenso que pusieron en duda y solfa prácticamente todo el proyecto, ha habido que luchar contra muchos elementos externos y virulentos. El equipo ha demostrado profesionalidad, arrojo y entrega e incluso en los días en los que cayó derrotado de la peor forma. Se supo evolucionar la estival idea inicial hasta dar con la fórmula donde pragmatismo y plástica van de la mano. No nos cansaremos de recordar que aún queda muchas cosas por mejorar y eso, también lo recalcamos, no es necesariamente malo. Al contrario, es un indicador de que este equipo tiene mucho margen de mejora.
Mañana se espera una excelente entrada. El club, los jugadores, la prensa y todo el entorno mediático, incluida redes sociales, ha llamado a la movilización a una gran parte de la afición latente que, experimentada en decepciones y sinsabores anteriores, observa desde la media distancia lo que acontece a la UD Las Palmas. Se les ha pedido, rogado y exigido su aliento, su apoyo y su confianza en un equipo que ha demostrado estar 100% implicado con la camiseta, el escudo y totalmente identificado con los valores e historia del club. El equipo está respondiendo a todas las exigencias de la afición, ya es hora que la misma deje de reclamar lo que le pertenece y ofrezca lo que debe. El ascenso se logra entre todos.
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