La UD lleva casi toda la temporada siendo el novio perfecto que prepara con esmero la cita sin que falta de nada: velas, cena romántica, música y luz ambiental, pero cuando llega la hora de la verdad no sabe como rematar la noche. El gol dejó de ser hace tiempo el pan de nuestro de cada día, para convertirse casi en un objeto quimérico al que nos une casi ya una obsesión más que una determinación por lograrlo.
En todos los análisis está presente la extensa nómina de delanteros con los que cuenta Sergio Lobera a su disposición. Cuatro delanteros, cinco si contamos al recién incorporado pero aún no disponible Benja, pero ninguno de ellos fue de la partida ni ante el Girona ni ante el Lugo. Asdrúbal, jugador ofensivo pero no el clásico nueve de área, está ejerciendo ese rol de goleador con ahínco y abnegación, pero reconozcamos que no es el puesto que explote de la forma más conveniente sus recursos técnicos.
Los cuatro delanteros disponibles cuentan con distintos perfiles que aportan cada uno matices diferentes pero que tienen un común un igual: poco anotadores. Entre la baja eficiencia goleadora y las molestias físicas de algunos Sergio Lobera ha determinado elaborar un plan alternativo de jugar con falso nueve y buscar un ataque colectivo donde se prima el juego entre líneas, los desmarques en ruptura y las segundas jugadas como principales caminos para el gol. No hay planteamiento táctico perfecto, pero un nueve goleador es un faro que guía al resto de compañeros en las tareas ofensivas, un referente para su equipo y para la defensa contraria a la que fija al tener que cubrirle.
Si bien Héctor Figueroa ha tenido pocos minutos, sus credenciales han sido mostradas en la 1ª vuelta realizada con Las Palmas Atlético en una categoría tan compleja y difícil para el fútbol virtuoso como es la 2ªDivisión B. Aranda con toda la polémica en torno a sus declaraciones y su oronda figura está hablando sobre el campo, y si bien quizás no está aún físicamente para disputar los noventa minutos, el tiempo que se le otorga lo aprovecha con su facilidad elaborando jugadas de peligro. Es un delantero asociativo, que parece haber perdido el olfato de gol, pero aún sigue oliendo la sangre en el enemigo, y es capaz con su fortaleza física irrumpir en el área rival como un elefante en una cristalería. Máyor y Chrisantus parece haber caído en desgracia, y si bien el primero entre a las convocatorias, el nigeriano ha pasado en poco tiempo de ser titular a estar sentado en la grada. Sigue siendo paradigmático su caso, el máximo goleador, el que mejor promedio tiene, no cuenta para nada. Se atisba en el horizonte la posible decisión del africano de no renovar a 30 de Junio cuando se extinga su contrato, y ahí está Benja, un fichaje por dos temporadas y media para cubrir su baja.
En el arsenal del Estadio de Gran Canaria hay pólvora, aunque mojada y ausente.
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