CRÓNICA || UD LAS PALMAS - SABADELL FC [5-0]



Noche mágica la vivida ayer en el Estadio de Gran Canaria, el coliseo capitalino se convirtió en lugar de diversas ceremonias paganas. Por un lado se celebró un aquelarre del gol, una noche bruja donde todo giraba en torno al balón, su manejo, su dominio y el deseo de introducirlo en la portería contraria. Hasta en cinco ocasiones, y pudo ser alguna más, la redonda perforó el arco contrario, lo que justificó el segundo de los ritos,  aquel que rindió homenaje a Dionisio en un ambiente festivo, casi lujurioso, en el habitual frío y gris cemento del recinto de Siete Palmas. 

Llevaba varias jornadas la UD Las Palmas lanzando avisos, indicadores de mejoría no sólo en los resultados, sino en las sensaciones que aportaba el conjunto de Sergio Lobera. Signos inequívocos como la recuperación de la solidez defensiva, el equilibrio táctico o el alto número de ocasiones que se generaban, aunque éstas se desperdiciaran. Este último punto, que generaba una frustración enorme en los profesionales y los aficionados, fue solventado de una forma primorosa dejando finalmente el regusto de la espera que vale la pena. 


Remate de Masoud a puerta. Foto: ©udlaspalmas.es
La amplia victoria amarilla no es sólo en el marcador sino también en el juego. El gol, fin último, es habitualmente el fruto del trabajo bien realizado. La victoria de la UD se cimentó en la intensidad de imprimieron sus jugadores en todas las acciones del juego, la seriedad táctica, la generosidad en el esfuerzo individual para un beneficio colectivo. De estos conceptos espartanos, pragmáticos, casi austeros, nació un fútbol de alta escuela, prolijo por momentos, de auténtico paladar negro que provocó el entusiasmo, la alegría y el alboroto en todo aficionado amarillo que se precie. Aranda es ejemplo de ello, el delantero se reconcilió con la afición de la UD en una actuación desinteresada con la estadística individual, se ofreció a sus compañeros para liberarles de presión, cayó en bandas para generar espacios y aprovechó los pasillos para asistir a gol. La posición centrada de Masoud provocó la llegada con mucho acierto a la zona de peligro del iraní, aprovechándose así de la ubicación retrasada de Juan Carlos Valerón junto a Javi Castellano y de los movimientos de Aranda. 


Celebración colectiva de uno de los goles. ®Marca.com
En la tarde de ayer la UD Las Palmas fue una maquinaria perfectamente engrasada, un tren de alta velocidad que avanzaba de forma vertiginosa y firme. Y si bien el Sabadell fue un rival benévolo, laxo y liviano, al que encima se le escamoteó un gol legal (que no hubiese cambiado el signo del partido), no es suficiente argumento para desprestigiar el mérito adquirido por Lobera y los suyos. Hubo tal armonía sobre el terreno de juego que incluso los cambios de jugadores introducidos por el técnico amarillo no menguaron el nivel futbolístico y sí que aportaron otros matices al juego. La entrada de Héctor Figueroa aportó frescura, movilidad y remate en el frente de ataque. El "fichaje" invernal provocó con un taconazo en el frente del área rival una jugada "made in Las Palmas Atlético" que finalizó con el gol de Asdrúbal. Tuvo tiempo el hermano de Momo de estrenarse en el primer equipo en el único, y excelente remate, suyo a puerta que elevó el definitivo 5-0 en el marcador. Motivos de orgullo fue la presencia durante muchos minutos de hasta diez jugadores canarios vistiendo la elástica amarilla, el argentino Mariano Barbosa era el único no nacido en las islas. 

Por segunda jornada consecutiva la UD Las Palmas se aprovecha de los tropiezos de sus rivales para poner cerco a los puestos de ascenso directo. En esta operación de acoso y derribo los amarillos se han encontrado con su mejor versión, aportando a la mejoría en el juego, palpable desde hace semanas, la asignatura pendiente: el gol. 
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A continuación les facilitamos el resumen del partido y la galería fotográfica del encuentro.





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