CRÓNICA || UD LAS PALMAS - DEPORTIVO ALAVÉS [0-2]


La UD Las Palmas ha vuelto a dar la de cal a su afición en el Gran Canaria tras dar la de arena en Riazor. El resultado por sí sólo es decepcionante aunque, en un análisis más profundo y detallado, se encuentran razones que explican la confusión, alivian la pena y, en parte, justifican la derrota pero no evitan la frustración con este equipo.

Apuntábamos en la previa del partido, que todavía el fútbol sigue siendo de esos deportes donde el equipo pequeño puede voltear al grande, un deporte que aunque intenten hacerlo claudicar ante la ciencia y la estadística, sigue teniendo versos libres, sueltos, que no se acogen a ninguna lógica rehuyendo de la explicación más concienzuda. Y ayer, cuando la UD tenía todo de cara para lograr dar el salto al liderato doblegó la rodilla ante el penúltimo de la clasificación. 

Al poco de comenzar el partido las ilusiones de alcanzar el liderato se esfumaron con el gol postrero del Deportivo de la Coruña en Córdoba, un indicador que los jugadores no manejaban pero la afición en la grada sí. El guión escrito en las horas previas al partido ya presentaba el primer borrón. El segundo fue la actitud inicial del Alavés, que lejos de mostrar una propuesta precavida y cautelosa, salió a disputarle el protagonismo a la UD. Presión adelantada, balón al piso y criterio a la hora de elaborar las jugadas, finalizándolas sin dar opción al contragolpe amarillo. Así, de esta forma Las Palmas se vio sorprendida de inicio, atascada y abrumada ante unas circunstancias que no eran las previstas. 

Sólo el Alavés tuvo algo que celebrar.
Pronto obtuvo premio el conjunto de Mandiá  en una jugada en la que Masoud ejercía de momentáneo lateral zurdo, se vio superado acabando el centro siendo despejado de forma defectuosa por Ángel López que regaló a Ion Vélez el primer gol de la tarde. Un auténtico mazazo para una UD que recién estaba equilibrando las fuerzas con el Alavés. Tras el gol, los visitantes entregaron balón, terreno e iniciativa replegándose, casi parapetados, en su terreno de juego a la espera de una UD que se veía otra vez cuesta arriba. Ya sin oposición la UD tomó el protagonismo del encuentro con Valerón y Apoño como principales conductores del juego. El malagueño aportando la consistencia a un bloque con unas claras vías de agua (Aythami, Masoud, Ángel López, Chrisantus) y el canario haciendo lo que mejor sabe: hacer fácil lo más difícil. “El Flaco” con toques sutiles, traslados de balón y pases en banda oxigenaba una elaboración que se ofuscaba ante la muralla alavesista. De sus botas nació la jugada en la que se evidenció el problema de gol que tiene la UD Las Palmas: Chrisantus con la portería completamente vacía mandó el balón fuera ahogando miles de gritos de gol. Una jugada increíble que llenó de estupor e incredulidad a todo testigo de aquello, incluso a sus compañeros. Sólo Juan Carlos Valerón se acercó al nigeriano para animarle ante un fallo tan grosero. El empuje de la UD casi obtiene su premio en un remata de Aythami Artiles al larguero tras una falta lateral botada por Apoño.

Preocupa el bajón de juego de Masoud.
Tras el descanso la UD mejoró sus prestaciones con la revolución iniciada por Lobera que dejó en el banco a Masoud y a Chrisantus. Por ellos entraron Tana y Asdrúbal, las peticiones que en el graderío y en las redes sociales se reclamaban. Verticalidad e intensidad que mejoraron las prestaciones de una UD que generaba peligro pero que era incapaz de materializar ninguna jugada. Cuando a toque de corneta, en pleno zafarrancho de combate, la UD se vio sorprendida en una contra en la que Viguera era el kamikaze solitario que se va de casi todos para acabar siendo derribado dentro del área de castigo amarilla por Aythami Artiles. Falta, expulsión y penal materializado por Viguera. Excesivo castigo para una UD que generaba juego y ocasiones a raudales pero era incapaz de igualar el marcador ya que donde no llegaba un excelente Goitia aparecía la inexistente eficacia goleadora amarilla. En anécdota quedó la expulsión de Ion Vélez del Alavés por doble amarilla en un partido que con las fuerzas equilibradas tenía escrito su final a 15 minutos del mismo. 

Esta derrota es el quinto partido consecutivo en el Gran Canaria donde la UD es incapaz de ganar. Todo lo que Las Palmas gana fuera lo está perdiendo en casa, lejos de la famosa media inglesa, la UD puede estar perdiendo opciones por su pésimo bagaje de local. Sensaciones enfrentadas deja este partido, por un lado la decepción por el resultado, las aspiraciones no logradas, y una jornada más que se escapa la posibilidad de dar el salto a lo más alto. Y por otra la tranquilidad que la UD crea juego, ocasiones de gol a raudales por partido aunque su eficiencia es paupérrima. Muchas ocasiones y pocos goles. La necesidad de contratar un delantero que asegure goles prima como vital ante la acuciante sequía goleadora. 

A continuación les facilitamos el resumen del partido y la galería fotográfica.





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