Reloj sin manecillas, ataque sin gol, atasco, defensivo Hércules, inofensiva Las Palmas, decepción, pinchazo, etc. Estos son algunos de los titulares que he leído de las crónicas en los distintos medios acerca del empate entre amarillos y alicantinos. Y si bien, es cierto que ninguno de esos sesudos análisis y crónicas relatan algo diferente a lo que sucedió, yo no me quiero centrar en lo negativo del equipo, prefiero remarcar lo bueno.
La distancia se ha recortado con nuestro inmediato perseguidor, pero seguimos a tres puntos de distancia más el goal average ganado. Criticamos las ocasiones erradas por nuestros delanteros pero seguimos siendo el 4º equipo más goleador del campeonato, por encima incluso del líder indiscutible.
Lamenté como todos la ocasión de Chrisantus, pero sigue siendo un jugador que lo da todo sobre el campo, que realiza una abnegada tarea de desgaste en la zaga rival, que crea espacios con el arrastre de centrales para sus compañeros que llegan en segunda línea. Vale, Vitolo estaba sólo, pero la opción de tiro tampoco era mala, lo malo fue la definición en sí. No se le puede reprochar intentar lo que desde la grada tanto se le reclama: marcar goles. Logra el tanto y es portada de diarios y centro de los elogios.
Thievy, a veces sigue apresurado en sus definiciones y tarda en buscar la mejor opción de pase, pero ha mejorado en su progresión con la pelota y el regate en corto, para muestra el tiro al palo que si logra marcar ese gol, no hay duda que estaría entre los mejores de la jornada y el Gran Canaria se cae abajo.
La solvencia de un recuperado para la causa, tras dos meses de baja, David García. El capitán sustituyó al lesionado Murillo, baluarte defensivo, de tal forma que no se echó de menos al colombiano en tareas defensivas, calmando a más de un sufrido y temeroso aficionado en la grada.
Sí, no fue el mejor día de Nauzet Alemán, lleno de rabia cuando fue sustituido, tampoco de un Momo suplente que no hizo gran cosa cuando saltó al campo, pero sin duda me sigo quedando con las muestras de compromiso, esfuerzo, lucha e identificación de un colectivo con un proyecto, un objetivo que sienten tan nuestro como suyo. Nadie podrá negar que los de Lobera pelean, bregan hasta el último momento para lograr la victoria. Esta vez la suerte y el acierto en la "zona Cesarini" nos fueron esquivos, pero no hay motivos para dudar de este equipo.
El Hércules planteó su partido como todos sabíamos de antemano: orden defensivo, expeditivos, alargando posesiones y paradas del juego, e intentando aprovechar errores ajenos para en la contra intentar matar. Y toca reconocer que tuvieron sus oportunidades, pero Mariano Barbosa se encuentra en un estado espléndido de forma y desbarató toda posibilidad de sorpresa visitante. Todos los partidos que nos quedan hasta el final de temporada en el Gran Canaria seguirán este guíon prefijado. No estaría mal que no lo olvidáramos, los equipos que nos devolverán la visita, a excepción del renacido Sporting, están peleando para huir de la zona de peligro, y no nos pondrán las cosas fáciles.
Cuando el desánimo me acorrala, cuando sólo veo lo que aún queda por mejorar, me aferro a todo lo positivo que tiene este equipo, a las aptitudes que lo han aupado a la sexta plaza, a las actitudes demostradas en los momentos de zozobra, a la fiabilidad que da méritos a la aspiración de la segunda plaza de ascenso directo, hoy un poco más lejos pero aún muy cercano, y es entonces cuando las sombras de las dudas se disipan, desaparecen. Keep Walking.
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