Articulo de Daniel Guillén.
Lo que se viene viendo y viviendo en las previas de los últimos partidos de la Unión Deportiva Las Palmas es algo surrealista, indignante y bochornoso. La actuación de la policía local para con los aficionados amarillos y los propietarios que regentan los locales cercanos al estadio, aparte de tener que investigar hasta que punto es legal, parece ser una maniobra que viene desde algún alto cargo de la institución política regional de turno, cuyos siervos de azul se encargan de llevar a cabo de la manera más severa y dura posible.
Por cualquier cristiano es sabido, que en las horas previas de los partidos de fútbol, los aficionados que asisten al mismo copan los bares y las barras para beber y comer. Como se ha hecho desde que la vida es vida y desde que el fútbol es fútbol.
Es la manera de ver esto más allá de un simple deporte de 11 contra 11, de verlo y vivirlo como un concepto social. El desconectar de la semana de trabajo y verte con tus amigos un par de horas antes de que juegue tu equipo, pedirte una caña, un cubata o lo que te de la real gana, que para eso estás pagando; aparte que contribuyes y ayudas al dueño del local a pagar las facturas. Tú consumes, él te sirve, tú le pagas. Y pa' la grada tan contento. Como hacías cuando ibas al Estadio Insular y como haces ahora cuando vas a la nueva cárcel en la que han convertido 7 Palmas.
Pongo en situación lo que le ha pasado a centenares de aficionados en las últimas jornadas: llegas un par de horas antes al bar, te pides una cerveza, te ves con el colega que hace dos semanas que no veías, empiezas a hablar sobre el partido, el bar se empieza a llenar y decides seguir la conversación fuera del bar y... ¡tachán! Aparece un furgón de la policía local, se baja un tío de 2 metros con la libreta en la mano, te pide que lo acompañes y le muestres la documentación.
Señores, ¿pero esto qué es? ¿en donde estamos? ¿como pueden multar o identificar a alguien por tomarse una copa en la puerta de un bar en frente a un estadio? ¿a qué punto hemos llegado que entendemos esto como una situación normal y cotidiana?
Ya no sólo tenemos que soportar a Tebas, la LFP, la RFEF y todo lo que gira entorno al fútbol español y que semana a semana está matando el hobbie y modo de vida de millones de personas en este país. Es que además, los que vivimos en Las Palmas de GC y nos gusta el fútbol, sufrimos una represión que va más allá de la Ley del Deporte.
Desde aquí pido en nombre de los 28.000 hinchas que estuvimos presentes el domingo en el estadio, al club o a la instución que sea, que paren ya por favor, que nosotros vamos al fútbol a disfrutar. No queremos sentir miedo cuando ponemos un pie en la calle o cuando pasamos el abono por el torno. Queremos ir al fútbol sin tener que luego pasarnos dos semanas mirando el buzón de casa para ver si la cerveza del otro día o el recriminarle algo al árbitro nos va a arruinar la vida de nosotros y de los que nos rodean.
Imagen Portada: Captura del canal oficial de Youtube de Policía Local de LPGC.
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