CRÓNICA || UD LAS PALMAS - REAL BETIS [0-3]


Un fulgurante Betis ha inflingido un duro correctivo a la UD Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria. El partido, con dos partes bien diferenciadas, ha supuesto que el conjunto de Paco Herrera bese la lona en su casa ante un rival directo. Errores de bulto defensivos ante un rival con dinamita arriba en la 2ª parte, condenaron a un equipo amarillo que mereció mucho más que el marcador inicial al descanso. 

Tan sólo las obras de remodelación del coliseo amarillo afeaban la puesta en escena de dos máximos candidatos al ascenso que compartían el liderato y que eran respaldados en la grada por sus aficiones. Ampliamente nutrida y bulliciosa la afición bética en la grada, animando en todo momento a su equipo y respetuosa con la afición rival. Y no defraudó el choque en sus primeros 45 minutos, una primera entrega al que sólo faltó la presencia de los goles, los cuales rondaron cerca en un par de ocasiones pero finalmente ausentarse hasta después del entretiempo.

El fulgurante inicio del encuentro fue un acuerdo natural de ambos equipos ante sus propias aspiraciones, había mucho en juego como para ponerse a especular. Desde los primeros instantes con aproximaciones de los dos equipos en las áreas contrarias.  Al poco el conjunto local reclamó la iniciativa del encuentro y la posesión de la pelota ante un rival que si bien no se desgastaba en demasía en la recuperación, cuando la tenía bajo su tutela no le quemaba y la desplazaba con criterio pero mayor verticalidad que los amarillos. 


Nauzet volvió a cuajar un gris partido, más activo en la protesta que en la conducción de la pelota.  Foto:©LFP.es
Nauzet Alemán, Rubén Castro, Pacheco o la brega constante de Araujo en punta fueron algunos de los protagonistas de las primeras acciones de peligro donde cuando no llegaban unas sobrias defensas aparecían ambos arqueros con alguna parara meritoria. El primero en lucirse en la mañana fue Casto que voló en dirección al ángulo izquierdo de su arco para evitar que entrara un violento y malintencionado disparo de Dani Pacheco desde media distancia. La afición bética ahogaba su grito de gol mientras la parroquia grancanaria se llevaba con asombro las manos a la cabeza por la milagrosa manopla de su portero. 

Poco después, darían réplica las huestes amarillas con una triple ocasión en área sevillana que Adán en primera instancia, y el larguero después evitaron el gol de tacón de Vicente primero y el remate acrobático de Aythami (en dos ocasiones) después. Se rumiaba la proximidad del gol pero aún la suerte le sería esquiva al conjunto local cuando Araujo en una gran acción personal se volvió a lamentar de su mufa cuando un disparo suyo besó la madera allá donde pastan las vacas. Con la convicción de haber sido testigos de un gran primer tiempo se llegó al descanso con la satisfacción del juego desplegado por ambos equipos.


Finalmente los centrocampistas béticos, como N´diaye, se impusieron a los amarillos.  Foto:©LFP.es
El entretiempo son escasos 15 minutos donde la teoría indica que son espacios para la recuperación física, tiempo para llenar la barra de "stamina" y corregir los errores tácticos que se hayan podido producir y reforzar lo bien realizado. Pero en el fútbol,  los 15 minutos del descaso en ocasiones son un espacio que da cabida al misterio, una cuarta dimensión donde se forjan leyendas y se abonan las peores pesadillas. Si hablaran las paredes del Estadio Olímpico de Atatürk, nos contarían una verdad desconocida de "El Milagro de Estambul" del Liverpool ante el Milán en 2005. 

En las entrañas del inacabado del Estadio de Gran Canaria, donde residen la 4ª dimensión del vestuario amarillo, quedó el equipo que en la 1ª parte y en Gijón recordó al conjunto del inicio del campeonato que asombró a propios y extraños con un fútbol prolijo, atractivo y efectivo. La 2ª parte saltó al campo una versión cianótica de Las Palmas, un equipo al que de repente se le apagaron las luces, al que le costaba horrores construir autopistas hacia al área de Adán y que en ocasiones vagaba desnortada por la medular mientras buscaba desentrañar su propio galimatías futbolístico. 

Sin velocidad, sin verticalidad y sin asociación,  se evidenciaron las costuras de un equipo que comenzaba a achicar agua en defensa con preocupación, se hizo patente la desconexión de Nauzet Alemán, tan lento para la conducción de la pelota pero tan veloz para la protesta y reclama al árbitro. Araujo desasistido busca su espacio, el hueco, el balón y el gol que diese sentido a tanto desgaste, pero nunca lo pudo encontrar. Vicente, Momo y Hernán buscaron infiltrar pases en la muralla de Heliópolis, pero nunca acertaron. 


Hasta en tres ocasiones celebraron los jugadores de Pepe Mel sobre el campo del Gran Canaria.  Foto:©LFP.es
Por su parte el Betis se mantuvo al mismo nivel que en la 1ª parte, y la imagen de su excelso momento la da N´Diaye, un fútbolista tremendo de gran presencia física capaz de sostener un entramado defensivo como de aportar criterio a la distribución de la pelota en 3/4 de cancha, una suerte de jugador "box to box" que recordaba al mejor Emaná. El equipo de Pepe Mel lo tuvo fácil cuando el juego amarillo se colapsó con la retórica ofensiva sin peligro ni profundidad, tan sólo tuvo que aprovecharse de los errores de una zaga que se desajustó por la acción del desgaste. 

Doce fatales minutos fueron suficientes para encajar , una descompensación defensiva, los apuros en busca del empate y el shock los motivos del desplome del equipo amarillo. Jorge Molina no perdonó la primera gran ocasión que disfrutó, no desaprovechó tampoco la verde pradera que en la frontal la cedió para acomodar un disparo ajustado donde Casto esta vez no pudo llegar, y finalmente Ceballos puso la pica en la isla redonda con un tercer gol con un Gran Canaria atónito ante el espectáculo.


Ortuño que salió en la 2ª parte, no tuvo ocasiones claras. Foto:©LFP.es
Los 15 minutos finales fueron una tortura para los amarillos, el Betis se dedicó a medir los esfuerzos ante un rival que le cedía el testigo del líder ante la ausencia de fuerzas, espíritu y convicción de remontada. Tuvo tiempo Adán para volverse a lucir a cabezazo de Ortuño y poco más. A pesar un abandono importante de aficionados molestos con el 0-3, los que aguantaron de forma estoica la caída de su equipo, les brindaron su aliento y su reconocimiento. 

Esta estrepitosa resultado genera mucho ruido y debe dar espacio para análisis que objetiven los errores que den pie a la búsqueda de soluciones. Una reflexión desde la calma teniendo en mente que, a pesar de la derrota, las distancias son mínimas y Las Palmas sigue siendo candidata a todo.
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