Desde la Curva (#32): Fútbol, TV y la UD Las Palmas

En la tarde de ayer se anunciaba la cobertura de todos los partidos de Liga de la UD Las Palmas (y el CD Tenerife también) por la TV Canaria, siempre y cuando Canal Plus no elija antes dichos partidos. Pero no sólo la adquisición de los derechos de retransmisión televisivos, sino también, en un guiño a las nuevas tecnologías, los derechos de retransmisión por Internet  Desde que se dio a conocer la noticia, se ha producido una sacudida en las redes sociales a nivel regional.

La opinión generalizada es de una acogida positiva recalcando los beneficios de la retransmisión de la mayoría de los partidos que dispute la UD Las Palmas en abierto por la TV Canaria. Por contrario, en mí se generan sentimientos enfrentados, antagonistas  contrarios. Puedo reconocer las bondades de esta cobertura en la cantidad de aficionados que por diferentes motivos no pueden asistir con regularidad al equipo. También a los conocidos como exiliados,  a los cuales los avatares de la vida los han alejado del paralelo 28, sé que hay un grupo importante de gente que se beneficiará de esta medida, pero pienso que a la UD Las Palmas, como entidad, como club, no le beneficia en prácticamente nada.

Temo, y por lo  que leído en diferentes foros ya se está dando, la renuncia a sacar abonos por aficionados que esgrimen que todos (o casi todos) los partidos se podrán ver en abierto por la TV. Como a todos me agrada ver los partidos foráneos de mi equipo por televisión. Sin embargo, siempre he rechazado la retransmisión del partido como local a excepción de alguno especial (derbys o promoción, por poner ejemplos) porque entiendo que merma la asistencia de aficionados al estadio. La confirmación de la cobertura de la TV Canaria de prácticamente todos los encuentros, tanto de visitantes como de local, pero sobretodo éstos últimos, los entiendo como un torpedo a la línea de flotación de la UD Las Palmas.

A día de hoy los ingresos por taquillas y abonos no son la fuente económica más importante de un club de fútbol, pero al nivel de la UD Las Palmas, sigue siendo de las más importantes y vitales. Los derechos de TV en la categoría de plata no llegan a los dos millones de euros los que recibe cada club, siendo una cifra muy por debajo de los catorce que reciben los que menos en 1ª división. Ante la situación de crisis global, la merma de patrocinios, la venta de jugadores (activos del club) y la recaudación de ingresos por entradas y abonos se tornan vitales. Casi 10.000 espectadores asistieron a un partido amistoso hace una semana ante el CD Tenerife, temo que muchos partidos de esta temporada no superen esta cifra de asistencia.

Dejando de lado los motivos económicos, el sentimental es uno de los que veo en serio peligro. Si bien entiendo que para la diáspora amarilla estos partidos (que por Internet sólo se retransmitirán a nivel internacional, no al extranjero) serán una forma de alimentar su sentimiento por el club de Pío XII. No obstante la TV será otro lastre, otro obstáculo para crear afición a nivel local. Muchos dejarán de ir al Estadio de Gran Canaria por que el partido lo pueden ver cómodamente desde el sofá de su casa y gratis, y sin ellos tampoco irán sus hijos, creándose un desapego emocional con el club. Porque, y no nos engañemos, nadie nace con la afinidad por un club en su genética, es tu entorno, tu familia, tu asistencia por primera vez al estadio quienes condicionan tu elección. Como así describe de forma maravillosa Nick Hornby en su excelente e imprescindible "Fiebre en las Gradas" (Fever Pitch).

Para un aficionado que no tiene inoculado el virus de la fiebre amarilla ante la elección de un Barça o Madrid y el partido de la UD Las Palmas, elegirá con total seguridad al partido que él considera que le ofrecerá mayor espectáculo y divertimiento. Y ahí está el verdadero problema: el fútbol puede dejar de ser un vehículo de identificación, una razón de ser, una forma de vida, para convertirse en un simple programa de entretenimiento como otro cualquiera. Quizás sea una visión muy extremista, alarmista, pero las señales están ahí cuando es más habitual ver niños con camisetas del Madrid y Barça por nuestras calles que de la UD Las Palmas.


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